Mi única intención aquí
era aprender, darme un nuevo reto, escribir algo que dijera algo. Creo que con
mayor o menor acierto lo he logrado, si no somos muy exigente en ésta
valoración. Pero lo que realmente he aprendido, una vez más, es poner en valor
a la persona, al ser humano. Cómo un grupo totalmente heterogéneo, en esta
coincidencia del espacio tiempo, es capaz en torno aquello que les une, la
escritura, expresarse libremente, aflorando sentimientos e ideas muy personales
que han tenido el respeto de todos.
Puedo decir que he
disfrutado y aprendido cada semana con vuestras historias. Con la tierna
pedagogía que se desprende de los relatos de María del Mar, donde afloran y se
entrelazan a la vez fuertes sentimientos. La fuerza, la osadía (por
extrovertida) de Matilde, donde resalta su rebeldía y valores como el respeto y
la tolerancia. La madurez, la creatividad y una gran sensualidad descriptiva de
Sonia. La realidad imaginativa, en continua reflexión sobre nuestro mundo, pero
siempre emotiva y sentimental de Carmen. La fantasía en la que recrea la lucha
del bien contra el mal, pura magia que humaniza con el amor, de Samuel. La
naturalidad de Mari Carmen, como si estuviera conversando, contando una pesadilla
o un mimo, con la candidez de su
juventud. Y aunque estuvo poco tiempo, con la ocurrencia, la espontaneidad y el
humor de Vicente. También, aunque no haya estado éste año, la sobriedad de José
Miguel. Pero sobre todo de Sara, (es la
“profe” y habrá que hacerle la pelota). No, lo digo sinceramente, ha sabido
hacer y no es fácil, del elogio la critica oportuna para corregir, valorando al
mismo tiempo, el trabajo y el esfuerzo de todos y cada uno. La palabra “mejor”
solo la ha utilizado para valorar la mejora colectiva, por lo que hemos
trabajado sin rivalidad, con la ilusión de ofrecer lo mejor para compartirlo.
Entender que esto no es
una crítica literaria, mi osadía no da para tanto, solo he intentado dar
expresión a sentidas sensaciones. No sé si volveremos a coincidir, no sé si
continuaré, me lo pensaré éste verano, pero presumo de haber compartido ésta
nueva y grata experiencia, para mí, con todos vosotros y vosotras, y en la que,
como dice el poeta, hemos sido y sabido ser, compañeros de viaje.
Gracias