sábado, 16 de junio de 2018
Un lugar para la enseñanza, por Mónica Sánchez.
Este sitio es un rinconcito para las letras. Sí, hablo del Taller de Escritura Creativa. Yo lo descubrí el pasado año,
otras compañeras
lo hicieron
años atrás,
y otras cuantas
este. Cada una de nosotras, -me permito hablar en femenino dado que somos mayoría-, se expresa cada semana a
través de su pluma mediante relatos, microrrelatos, poesías,
ensayos...
Cada entrega llega impregnada de un poquito de nosotras, a veces de un mucho. De nuestras viviencias, de nuestras expericiencias... de la percepción individual que cada una de nosotras tiene de la vida, entregándo-
nos en la escritura
hasta el punto de arrancarnos
trozos
de alma, a veces, para darle forma con
las
letras. Y, claro, eso solo
puede
crear bellos
escritos
como
los de Luisa, impregnados de
sensibilidad y dulzura.
A unas se nos dan mejor unos temas, y a otras, otros bien distintos.
Tanta variedad como personalidades variopintas hay, pero
convivimos en
perfecta armonía
bajo la batuta de Sara.
María del
Mar
dice que rinde mejor bajo presión ¡y
no se
equivoca! De cualquier manera, sea como fuere, es
un deleite escuchar sus relatos,
a veces cargados de
ironía, y siempre creíbles y coherentes
como ella. También tenemos la pluma de dos Carmenes.
Una
de ellas, Carmen
Gómez, con escritos colmados
de sabiduría,
con mensajes reinvidicativos, y con una facilidad
asombrosa para trabajar
los
relatos futuribles.
Y la
otra,
Carmen Torres,
que cada semana nos regala un
escrito envuelto en papel de poesía.
Luego tenemos una voz de lectura que nos atrapa. Una perfecta pronunciación del castellano, pausado y claro,
que pertenece a Rosa,
y que, entre otras cosas,
cuenta con
una aptitud más que evidente
para los
microrrelatos.
Mar nos trae bonitos relatos marcadamente psicológicos. Aunque también se le dan muy bien los eróticos ¡y eso
que este año le ha salido una
competidora...!
De las nuevas incorporaciones, tenemos a Reyes, que tiene una escritura fresca, directa y muy personal. Dice
que está aprendiendo
mucho,
e inevitablemente pienso
¡pues
anda
que yo...!
¡Y como olvidarme de Esther! Sus escritos, a veces leídos con voz nerviosa, guardan profundos
textos perfectamente
contados
y desarrollados. ¡Esther, te queremos
aquí
otra vez!
Y como no, también tenemos en el taller voces masculinas, aunque sus ocupaciones los han apartado momentáneamente de él. Dos Carlos, concretamente. Carlos Javier Fernández, con relatos que rozan lo impoluto, y de marcado carácter literario, y Carlos Marín, que en lo que ha durado su recorrido con nosotras, nos ha traído
relatos interesantes y con finales que nos sorprendían gratamente.
Con todo esto, las dos horas semanales del taller se hacen imprescindibles para los que somos amantes de las
letras. Y al frente de toda esta pasión, guiando el barco de las humanidades, una profesional de la literatura,
magnífica persona antes de todo, que nos ha enganchado a querer seguir aprendiendo cada día un poquito
más.
Yo, por mi parte, solo puedo decir que, como
próximo objetivo, me propongo
para
el curso que
viene intentar encarar mis relatos más hacia
el
terreno literario
y menos hacia el periodístico.
Palabrita del niño
Jesús.
viernes, 1 de junio de 2018
Fin de curso: Protagonistas, por Luisa Yamuza Carrión.
A veces sucede que aparecen en
la vida personajes que nos roban el corazón o más bien se lo entregamos,
rendidos a sus encantos.
Este año, se ha presentado de
improviso un protagonista absoluto, un rey de letras. Un granuja que nos ha
llevado al huerto a darnos un revolcón de los que nunca se olvidan. Con las
mejillas arreboladas, le hemos prestado nuestras historias raras de gente rara y
se ha convertido en un buen ejemplar. De esos que todos quieren. Vestido con
esa portada maravillosa y una encuadernación de lujo, ha hecho de las suyas,
como todo seductor. Se ha adueñado de
nuestras ilusiones y caricias, del brillo de nuestros ojos. Tan hermoso nos
parecía, tanto lo hemos admirado que el muy presuntuoso se ha creído el único.
¡Qué iluso! Aún no se imagina el pobre que otro de su especie está pensando en
derrocarlo. Otro con grandes aspiraciones. Entre microrrelato y erotismo anda
el juego. En nuestras mentes impulsivas ya se están barajando y enlazando
palabras enamoradas, que quieren salir juntas, abrazarse, besarse, bailar al
compás y componer historias cortas o menos largas. Dispuestos y listos estamos
para otro sueño de letras sobre papel satinado. ¡Qué tiemblen los editores!
El otro personaje del año ha sido
el audífono ausente de María Rosa, compañera entrañable que nos deleita con sus
relatos perfectamente hilados cuando menos nos lo esperamos. Cuando ella quiere
y le da la gana que para eso es reina de sí misma. También es María Rosa experta en entender mis
torpes microrrelatos, esos que son ininteligibles para la mayoría, menos para
nosotras dos. Eso será por algo. Porque ella es sabia, desde luego. Y porque yo
estoy un poco sorda también y más vieja de lo que aparento. Nada hubiera sido
igual este año sin ella y por supuesto, mucho más aburrido. ¡Apúntate ya para
el año que viene, compañera!
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