lunes, 1 de abril de 2013

Indignación, por Carmen Gómez Barceló.


Hay que tener moral para venir a las 8 de la mañana a meterse en la piscina, especialmente hoy que hace un día de perros; Que frio por Dios, mejor será no pensarlo. Acaba de llegar mi compañera de taquilla y nos saludamos con un “Buenos días” y una sonrisa algo forzada, la verdad, pero es que es la única forma de animarnos. Empezamos a quitarnos la ropa con valentía y dejamos ver el bañador que traíamos puesto  de casa.

Al principio, hace ya algunos años íbamos a nadar a la piscina olímpica con monitor pero el agua estaba helada, por eso nos decidimos a practicar aquagim en otra pileta más pequeña, dentro de la misma instalación, que contiene agua templada, lo que la hace bastante agradable, y  donde se encuentra gente de todas las edades.

El madrugón empezaba a tener fundamento, pues una vez ataviadas con traje de baño, gorro y zapatillas de goma, el frío estaba casi olvidado, pero, como casi siempre, cuando  parece que la cosa va bien, aparece  alguien y te lo estropea.

En efecto, hicieron acto de presencia en el pasillo de las taquillas dos chicas de mediana edad. Eran ese tipo de mujeres que parecen que se ríen del mundo de donde se sienten el centro. Sin más remedio y debido a la cercanía en que se encuentran los pequeños armarios, no pude evitar oír su conversación.
-La verdad es que no me apetece nada meterme en la piscina hoy, Rosi, el agua debe estar muy fría.
Es verdad Pili, hoy deberíamos  hacer Aguagim como “las maris”.

Siempre que oigo esas palabras algo se rebela en mi interior, di media vuelta y me dirigí a ellas.
-Perdonad chicas, ¿Quiénes son las maris?

Ellas, algo perplejas, me miraron atónitas.

-¿Somos nosotras las maris?- Pregunté dirigiéndome a la tal Rosi-  ¿Porqué? ¿Por qué yo soy mari y tú no eres mari?
-Mujer, no te lo tomes a mal, era una broma, me contestó.
-No, no me lo tomo a mal ni a bien, sólo que no creo que haya nada especial que nos distinga, a no ser que para ti ser mari signifique  ser mayor, cosa de la que no te vas a librar, o que ser mari sea estar horas metida en la cocina, sobre todo para que las no maris como tú, podáis comer caliente todos los días, o que ser mari quiera decir trabajar de economista, psicóloga, canguro, limpiadora, etc.etc…y todo ello en formato O.N.G., o sea gratis… ¿A eso te refieres cuando dices “las maris”?

Enseguida me di cuenta de la salida de tono de mis palabras. Las chicas recogieron velozmente  sus pertenencias y se fueron a otro pasillo, mi compañera también se quitó de en medio rápidamente  y de pronto sentí como se clavaban en mí todas las miradas. Había vuelto a emerger la indignación esa que a veces me juega malas pasadas. Pobres chicas, el susto que se han llevado a estas horas de la mañana sin comerlo ni beberlo. No creo que se les ocurra nombrar la palabra mari en bastante tiempo. Bueno, la verdad es que  después de estar saltando una hora, ya ni estoy cansada ni tengo frío y volveré a casa como nueva.

¿A quién le tocará soportar el próximo ataque de indignación? 

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