Hay que tener moral para venir a las 8 de la mañana a
meterse en la piscina, especialmente hoy que hace un día de perros; Que frio
por Dios, mejor será no pensarlo. Acaba de llegar mi compañera de taquilla y
nos saludamos con un “Buenos días” y una sonrisa algo forzada, la verdad, pero
es que es la única forma de animarnos. Empezamos a quitarnos la ropa con
valentía y dejamos ver el bañador que traíamos puesto de casa.
Al principio, hace ya algunos años íbamos a nadar a la
piscina olímpica con monitor pero el agua estaba helada, por eso nos decidimos
a practicar aquagim en otra pileta más pequeña, dentro de la misma instalación,
que contiene agua templada, lo que la hace bastante agradable, y donde se encuentra gente de todas las edades.
El madrugón empezaba a tener fundamento, pues una vez
ataviadas con traje de baño, gorro y zapatillas de goma, el frío estaba casi
olvidado, pero, como casi siempre, cuando parece que la cosa va bien, aparece alguien y te lo estropea.
En efecto, hicieron acto de presencia en el pasillo de las
taquillas dos chicas de mediana edad. Eran ese tipo de mujeres que parecen que
se ríen del mundo de donde se sienten el centro. Sin más remedio y debido a la
cercanía en que se encuentran los pequeños armarios, no pude evitar oír su
conversación.
-La verdad es que no me apetece nada meterme en la piscina
hoy, Rosi, el agua debe estar muy fría.
Es verdad Pili, hoy deberíamos hacer Aguagim como “las maris”.
Siempre que oigo esas palabras algo se rebela en mi
interior, di media vuelta y me dirigí a ellas.
-Perdonad chicas, ¿Quiénes son las maris?
Ellas, algo perplejas, me miraron atónitas.
-¿Somos nosotras las maris?- Pregunté dirigiéndome a la tal
Rosi- ¿Porqué? ¿Por qué yo soy mari y tú
no eres mari?
-Mujer, no te lo tomes a mal, era una broma, me contestó.
-No, no me lo tomo a mal ni a bien, sólo que no creo que
haya nada especial que nos distinga, a no ser que para ti ser mari
signifique ser mayor, cosa de la que no
te vas a librar, o que ser mari sea estar horas metida en la cocina, sobre todo
para que las no maris como tú, podáis comer caliente todos los días, o que ser
mari quiera decir trabajar de economista, psicóloga, canguro, limpiadora,
etc.etc…y todo ello en formato O.N.G., o sea gratis… ¿A eso te refieres cuando
dices “las maris”?
Enseguida me di cuenta de la salida de tono de mis palabras.
Las chicas recogieron velozmente sus
pertenencias y se fueron a otro pasillo, mi compañera también se quitó de en
medio rápidamente y de pronto sentí como
se clavaban en mí todas las miradas. Había vuelto a emerger la indignación esa
que a veces me juega malas pasadas. Pobres chicas, el susto que se han llevado
a estas horas de la mañana sin comerlo ni beberlo. No creo que se les ocurra
nombrar la palabra mari en bastante tiempo. Bueno, la verdad es que después de estar saltando una hora, ya ni
estoy cansada ni tengo frío y volveré a casa como nueva.
¿A quién le tocará soportar el próximo ataque de
indignación?
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