Tian estaba bastante contento con su trabajo. Bien es
cierto que llevaba sólo un par de meses, y aunque entrar en el cuerpo de
policía de China era una buena opción más que un sueño, lo había perseguido
desde hacía mucho.
Se encontraba en la calle donde le tocaba hacer la
ronda aquella noche. Apenas había gente y Tian estaba a punto de acabar su
turno. Sólo podía pensar en las ganas que tenía de llegar a casa. Estar una
gran cantidad de horas recorriendo calles sin nada interesante que hacer desesperaba
a cualquiera, aun siendo una novedad para él.
De repente, Tian reparó en un hombre con un aspecto
sospechoso que vestía con ropajes largos que ocultaban su piel. Una vestimenta
nada habitual con la ola de calor que estaban sufriendo. Rápidamente pensó que
ésta era su oportunidad para un ascenso rápido, demostrar su valía atrapando a
alguien potencialmente muy peligroso, con lo que decidió seguir sus movimientos
e intentar pillarlo con las manos en la masa, ya que sin pruebas, la pifia
podría ser monumental. Sabía que se encontraba ante una clara situación de
triunfo o fracaso, por lo que sin que el transeúnte se diese cuenta, fue tras
él por cada callejón.
El hombre al que seguía se mostraba bastante inquieto
y llevaba un paquete entre sus manos; una caja de cartón pequeña y precintada.
Al girar cada esquina, miraba a su alrededor para asegurarse que nadie iba tras
él.
Tian pensó en un par de ocasiones que acabaría notando
su presencia, "quién diría que una complexión delgada y, a simple vista,
debilucha podría ser de utilidad en persecuciones", pensaba él, que podía saborear el momento de pillar a su objetivo
con las manos en la masa.
Tras varios kilómetros recorridos, el sospechoso llegó
a un contenedor de basura donde introdujo el paquete. Tian, sorprendido, pues
pensaba que el paquete iba a ser entregado a otra persona en mano, se quedó
paralizado, con la duda de si arrestar a éste que acababa de soltar el paquete o
si esperar y arrestar al que viniera a recogerlo.
Tras unos segundos decidió que era mejor la última
opción. Se había pasado del horario de su turno por bastante tiempo, pero tenía
claro que no podía dejar escapar esta situación.
Los segundos parecían minutos. Los minutos horas. Las
horas interminables. Procuraba no apagar su mente pues sabía que en cualquier
momento podría dormirse debido al cúmulo de horas que llevaba sin descansar, se
tarareaba canciones, intentaba recordar momentos de su infancia...
Amaneció. El sol empezó a asomarse por el horizonte
cuando llegó el camión de la basura. Tian, muy desconcertado, no entendía por
qué ese paquete no había sido recogido por nadie. ¿Acaso se había quedado
dormido sin darse cuenta? El camión se aproximó al contenedor, momento en el
que no pudo controlar el impulso de ir corriendo hacia el mismo al grito de
"¡No lo hagan, ahí hay material para un caso de investigación!". El
caminó paró y Tian, con ansias, abrió el contenedor y vio allí el paquete. "Seguía
aquí, menos mal que hice parar el camión". Pensó. Con más curiosidad que
sentido del deber, decidió que era ahora o nunca el momento de abrir la caja. Sacó
un pequeño filo cortante de su cinturón y rompió la cinta que la cerraba. Decidió
que abrirla y ver su contenido. Antes de sacar aquello del contenedor era lo
más inteligente.
Era un bebé. Tian, con sudores fríos recorriéndole la
espalda, lo examinó y se dio cuenta de que era una niña. Sus sollozos roncos no
hacían más que confirmar el calvario que llevaba sufriendo a lo largo de las
horas.
-¿Encuentra lo que busca, agente? ¿Podemos llevarnos
ya la basura? - Preguntó el basurero, con cara de no estar agradándole que
retrasaran su horario de trabajo.
La deshonra de parir una hembra era insoportable. Tian
no podía acusar la acción que hizo el sospechoso que estuvo siguiendo aquella
noche, pues él, en el pasado, había hecho lo mismo.
Se guardó el filo cortante en el cinturón, volvió a
intentar cerrar la caja con el mismo aislante que tenía originalmente y miró al
basurero que le hizo la pregunta mientras los sollozos del bebé se confundían
con el ruido del motor del camión.
-Sí, pueden llevarse la basura, lo que andábamos
buscando no está aquí.
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