Barcelona, 24 de marzo de 2005
Querida Natalia,
Si estás leyendo esto en
su fecha, entonces hace mucho que escribí esta carta, esperando la fecha en que
pudieras abrirla para hacerte recordar que un día se fijaron en ti y cambiaron
tu vida.
Sé que en diez años han podido pasar muchas cosas y
tal vez ya no tenga sentido leerla. Pero te conozco y sé que hay cosas que
nunca abandonarías, como por ejemplo escribir tus cuentos. Por eso este mensaje
en este nuevo camino que estoy a punto de empezar, y es que la gratitud también
está en hacer cumplir los sueños de otros.
No soy dada a los
diarios, y ese es el motivo de hacer que tus recuerdos vuelvan al pasado, a
cuando los frutos de esa ilusión que nunca abandonaste de niña, y la constancia
que poseías hicieron que un día recibieras esa llamada que convirtió tus
fantasías en una profesión.
Prometí que sucedía algún
día, haría lo posible por hacer lo mismo por otros, y para ello, cada década te
haría recordar esa promesa.
No sé si la has olvidado
o no, pero mi deber es que la tengas presente.
Ha llegado el momento de
llevarla a cabo y ayudes a otro a mostrar al mundo sus dones, y por favor, no
rompas esta cadena. Escribe otra carta para que lo vuelvas a recordar dentro de
otros diez años, métela en un sobre y pon la fecha en la que debes abrirla. Así
continuará siendo un recordatorio que hará que nunca olvides que si estás dónde
estás, es porque otra persona quiso mostrar tu don al resto.
Fdo.: Natalia Kiss
No hay comentarios:
Publicar un comentario