Los últimos invitados abandonaron
la sala de exposiciones a media noche. Al fondo, en el pequeño oficie donde se
había preparado el ágape para obsequiar a los potenciales compradores, se oían
el trajín de los camareros recogiendo las últimas cajas llenas de vasos, bandejas, bebidas y comida sobrantes
del evento.
Las luces habían disminuido su
intensidad, quedándose prácticamente la sala en penumbra , salvo por los
dispositivos de emergencia.
Mauro había elegido un lugar
estratégico para sentarse y desde aquel ángulo observar casi toda la sala.
-Se ven aún el contraste de la losetas haciendo ese
dibujo que tanto me gusta, sin embargo no se distingue para nada el motivo de mis cuadros, solo se perciben
los marcos con manchas, aunque no importan, me los conozco de memoria. Ya han
roto más vasos. ¡Menos mal que los paga el seguro!. Alma, ¿Dónde te has metido?
Estoy deseando brindar contigo. ¡Mira ya
he puesto tu silla a mi lado!. Alma, Alma, mi Alma ¡Qué nombre tan elegido! No me cabe duda, la vida me
estaba preparando para conocerte! Me acuerdo del primer día. ¡Uf! La cabeza me
da un poco vueltas. No sé cuantas copas me habré bebido. ¿He vendido “La bruja blanca”? no me acuerdo. Si la he
vendido espero que el comprador disfrute el cuadro como yo, el cuerpo
espectacular de Alma, sus ojos negros. Me enamoré desde el primer momento.
Disfruté tanto pintando su cuerpo envuelto en muselina blanca transparente. Más
de una vez me descubrió mirándole con ojos no precisamente de artista. ¡Como
disfruté de ese cuadro! Salvo los gatos, los gatos que tuve que pintar a su
alrededor ¡Odio los gatos!, no son tan leales como los perros, van a su
interés.
¡Mi corazón! ¡Vaya! parece que
se ha sosegado un poco. He tenido palpitaciones durante toda la exposición.
Nunca había sufrido taquicardias hasta hoy. Que chute de adrenalina. Me iba a
dar un infarto cada vez que ponían “Vendido” al lado de las pinturas. ¡Que
éxito! Éxito. Alma ¿Eres tu la que te aproximas? JE, JE, JE, Traes una botella
y dos copas. ¡Eres tú? Te veo con un halo blanco a tu alrededor ¡Que hermosa!
Son inconfundibles tus movimientos de cadera, ondulándose por todo el espacio,
tus piernas largas. Con el traje tan ceñido que te has puesto, estoy seguro que
no llevas ropa interior. Como esas veces que salimos y me susurras al oído “No
llevo bragas” y ya me tienes excitado toda la noche, deseando llegar a casa y
hacer el amor desenfrenadamente. Esta noche apenas he podido acercarme a ti, te
buscaba entre la gente, te observaba
¡Que bien hacías tu papel de relaciones públicas!...
-¿Don Mauro? Nos vamos. Ya ha firmado su señora – Le
chilla desde el oficie el encargado del catering- ¡Enhorabuena! Va ha ser todo
un éxito!
-Gracias. Adiós –Le contesta
Mauro desde la silla- ¿Dónde...?
-Iba a preguntar donde estabas
Alma, pero sé que ya por fin estamos tu y yo, nadie más. Esta noche sólo me he
podido acercar a ti una vez, te roce, me devolviste una mirada cómplice y
sensual ¿No estamos solos?, ¿Quienes son las mujeres que se aproximan? He
bebido mucho, no solo veo doble... ¡No me lo puedo creer! Son todas la Almas de
mis pinturas ¿Que haceís?¿Me rodeais? ¡Sois tan hermosas!
Mauro siente en una especie de éxtasis provocado por los
efectos no solo etílicos sino por todas las emociones que ha experimentado en
su primera exposición de pintura. ¡Por fin a sus treinta y cuatro años! En su
embriaguez no se ha percatado que se ha quedado semidormido y que estaba
soñando, hasta que una dulce voz le susurra por detrás mientras siente unas
tibias manos acariciándole el pecho.
-Mauro- Sonríe Alma – Creo te has quedado
transpuesto. -¿No has visto a tu padre? ¡Ha estado aquí!
Mauro vuelve en si, y al escuchar
a su mujer piensa
-Mi querida Alma, me acabas de
desbaratar el sueño más hermoso que he tenido desde hace tiempo. Todas
“tus” han explotado a mi alrededor como
pompas de jabón.
Sin embargo le invita a sentarse
en sus rodillas, y le contesta:
-Si, vino – Le rodea la cintura
con sus brazos y apoya la cabeza en su hombro
-¿Y?, ¿Te dijo algo? –Le besa
cariñosamente la frente mientras espera la respuesta
-Si, miró su autorretrato, que
por cierto se ha empeñado en comprar, y me dijo mirándome como tu sabes,
inquisidoramente “Podrías haber sido tan buen abogado como pintor” ¡Ya está!
Parco en palabras, Como siempre.
-Si Mauro, pero está orgulloso de
ti.
-Bueno, vamos a dejarnos de
padres, ahora es nuestro momento, vamos a brindar por mi... encantadora, musa,
amante, modelo, esposa...
-¡Para!, ¡Para!, me vas a sacar
los colores –Y le besa con pasión
Mauro por fin comprueba que no
lleva ropa interior y piensa- Seguro, ya te pintaré con este vestido
estás...estás realmente hermosa.
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