miércoles, 26 de febrero de 2014

Microrrelatos, por Sonia Quiveu


La atracción del gigante

Después del disgusto de verlo enganchado sobre las aspas del molino dando vueltas durante horas, el desgraciado no tuvo otra ocurrencia que aplaudir y clamar una vuelta más.


Amor Amor

En su afán por enamorarse hasta la ilusión de una mujer inexistente le parecía motor suficiente para continuar su ventura.


La nº 666

Estábamos a la intemperie, a oscuras y sin un alma que nos indicara. El silencio cubría toda la calle. Las casas se veían grises, viejas y deshabitadas.

Levanté la mano para mirar la dirección y un escalofrío me subió por la columna al ver el nº 666 en la nota. No había tantas casas para esa numeración, tenía que ser la última de la hilera de viviendas, la más apartada.

Detuvimos el coche, nos pusimos las gorras y nos miramos antes de bajar.

Con las porras en la mano salimos del vehículo y nos dirigimos al porche. Se veía sombrío con la madera roída y una hamaca que se mecía a sí misma motivada por el viento.

Subimos los escalones y sobre la puerta vimos el nº de la nota pintado a mano. Llamamos al timbre, éste sonó con un grito estruendoso que se metía en los oídos y hacía vibrar hasta las raíces del pelo.

Una mano invisible abrió la puerta, dejando pasar un halo de luz que impedía ver qué había más allá. La única pista que teníamos eran los alaridos que venían del interior e invadieron inmediatamente el aíre.

La luz del porche se encendió y un hombre con delantal de carnicero, manchado de sangre, nos tendió un coco abierto con dos cañitas.

-      Bienvenidos a la fiesta. ¿Os ha costado encontrar la casa? ¡¡Marta!! ¡¡Tu primo y su mujer ya están aquí!!

El carnicero se hizo a un lado y nos dejó pasar.

La familia estaba al completo en el salón. Primos, tíos, padres y abuelos, estaban disfrazados con todo tipo de ropajes característicos de Halloween. Comían y bebían mientras reían y charlaban unos con otros. No tardamos en hacer nuestro numerito de polis asustados e integrarnos a la fiesta.


Floreando

La criatura mas promiscua es la flor, qué entrega su polen al mínimo que la soplan.
La abuela le dijo que no entregara tan pronto su flor, y mírala. Lleva con la margarita 40 años.
Si un hombre te dice que eres tan bonita como la primera flor de la primavera es que el pobrecito carece de buen gusto para las flores.
….
-          Papá, ¿por qué las flores tienen distintos olores?
-          Por el desodorante que usan.

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