Vivimos en un país en
el que multan lo que sea con tal de ganar dinero a costa del pueblo. En las
calles se respira miedo, pobreza, desesperación, pero sobre todo, odio. Aunque
algunos piensan que el odio no sirve de nada. Yo he sido testigo de que el
hecho de odiar, es de gran utilidad cuando quieres demostrar lo erradas que
están algunas personas. Esa expresión de “Nuestro país”, se ha convertido en
algo peor que una expresión, es un mito. Hace años que perdimos el país. Los
libros de Suzanne Collins, “Los juegos del hambre” son menos violentos y el
gobierno es bueno comparado con el nuestro, uno en el que no falta a las
reuniones alguien con Angry Birds como hobby.
En mi opinión, el gobierno no
debería tener protección. Ellos son los verdaderos delincuentes, ese pobre
desahuciado que vive en la calle y que debe setecientos cincuenta euros por
dormir en la calle porque no tiene donde ir. Hace poco que me enteré que nuestro
presidente fue a ver a Obama. Este le dijo que destacaba por su liderazgo,
entonces comprendí que en estados unidos, nos consideran como un país sin
importancia y sin valor, algo que antes no pasaba. Antes se agotaban los
billetes de vuelo a España, sin embargo ahora somos una trampa para inversores
y un lugar donde que te roben los ricos es algo natural. Si ponemos de nuestra
parte al ejército y a la policía española, podremos recuperar el país y la
justicia que tanto añoramos. A veces la guerra es la única solución que se me
ocurre para que podamos vivir en paz.
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