Yo quise ser y no fui.
Yo puede ser y no quise.
Cuando pude amar, odié
Cuando pude odiar, amé.
Siempre igual, constantemente,
Siempre diferente e inconsciente.
Siempre leal, siempre infiel.
Siempre........ Siempre.
Estas son mis últimas palabras.
Me intentan convencer de que antes
del accidente yo era poeta. No reconozco mis palabras, ni sé que pretendía
expresar con ellas. No sé si era feliz o infeliz, si era amado o era yo el que
amaba. Si la poesía era mi vida o mi condena en vida. Tampoco recuerdo a las personas que me rodean, si las he
querido o las he odiado.
¿Quién era yo? ¿Por qué mi memoria ha optado por quedarse en coma? Intento
que mi mano llene las páginas del cuaderno y recuperar ese don que tenía, pero
hoy solo puedo explicar lo que siento de forma sencilla.
Yo fui, pero no sé quién
Lo que ahora soy, tampoco lo sé.
Tengo otra
oportunidad
¿La sabré aprovechar?
Evidentemente, éstas no son las palabras de un verdadero poeta.
Me aseguran que el don de la creatividad es innato. Y yo, hoy por hoy, solo puedo concluir que en aquel
accidente mi Memoria y mi Musa debieron
morir juntas.
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