Era un día de navidad,
un 24 de diciembre de 1993. Estaba Paco y los familiares de su esposa Raquel,
de 33 años. Ese día era muy especial porque aparte era el cumpleaños de la
hermana de Raquel que se llamaba Jade e iba a cumplir 39 años.
La madre de Raquel que
se llamaba Jacinta y tenía 73 años, había estado preparando durante toda la
noche la comida, decidiendo el mantel, las servilletas, los platos, las copas y
más cosas. El padre de Raquel era muy estúpido. Tenía 76 años, se llamaba
Allison y estaba sentado enfrente de Paco.
Entonces llegó la hora
de comer. Jacinta sacó un pollo que tenía en el horno hecho desde hace dos
horas. Y justo en ese momento se pusieron a comer. Brindaron con coñac y
siguieron comiendo. Paco se puso a hacer manitas con Raquel, cosa que al padre
no le gustaba y carraspeó con la garganta. Los dos se le quedaron mirando y
siguieron comiendo cada uno por su cuenta.
Más tarde llegó el
momento de repartir los regalos y sacar la tarta de nata que había hecho su
madre para ese día. Todos estaban muy contentos y felices hasta que Raquel sacó
el regalo que había comprado ella con Paco.
-¡Felicidades!-soltó
Raquel cuando le entregaba el regalo.
-¡Gracias!-dijo Jade.
Entonces de repente el
padre se levantó bruscamente y se llevó consigo un periódico enrollado en la mano y le dijo a Paco que si podía acompañarle
un segundo, Paco cedió y cerró la puerta con un portazo.
Allison se acercó a él
y lo empujó-¡te crees que porque estés en mi casa te da derecho a
pavonearte y a hacerle guarradas a mi
hija!-
-¡Eres un cerdo!-gritó
y el periódico que tenía en la manos se estampó contra la cara de Paco.
En ese instante, Paco
se levantó y le agarró fuertemente la
camisa y le reventó la nariz con un puñetazo.
-¡Gusano pervertido,
ven aquí que te voy a reventar la cara!-gritó Allison.
Raquel intervino-¡Papá que está pasando aquí!-
El joven se repuso cogió una silla y se la tiró en la cabeza a
Allison.
-¡Ah!, ¡ven aquí
desgraciado!-gritó el padre con un mechero encendido en la mano.
-¡Oh, por dios!,
¡llamen a la policía, por favor!-gritó Jade llorando.
-¡Asesino!-gritó
Allison.
El joven mientras sangraba por la nariz salió de la
casa con Raquel.
Todo acabó mal: la
madre se había desmayado, Jade sufrió un ataque de ansiedad aunque por suerte,
ya estaban allí los del 061. La casa quedó destrozada. Por tanto, el padre y el
novio pasaron a disposición judicial y de seguido a la cárcel.
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