Era una tarde calurosa
de verano, Martina una niña de 8 años, pelirroja, con dos colas bajas, pelo
largo, llevaba siempre puesto un uniforme de minifalda y una camisa a cuadros
de manga larga blanca que se movía con la brisa. Gafas, inteligente, labios
rosas, nariz redonda, ojos celestes, delgada, zapatos negros, calcetines altos
y que estudiaba en un instituto cerca de la casa de su abuela.
Era una chica lista,
sonriente y siempre dispuesta a ayudar a los demás. También era pecosa y no
quería tener novio.
Vivía con sus padres,
su padre era electricista, ganaba un sueldo alto. Era delgado con el pelo negro
corto, joven de unos 30 años, le gustaba cocinar, no comía mucho, tenía una nariz
aguileña larga, tenía gafas, iba siempre
vestido de blanco, ojos marrones, le gustaba ir algunas veces maquillado, tenía
los labios finos.
La madre tenía 20 años,
era también pelirroja, pecosa y con la piel blanca. Flaca, llevaba pantalones piratas
negros, los ojos celestes, llevaba siempre en la mano derecha su anillo de boda
que a veces se resbalaba de sus dedos delgados. Era una joven oficinista que
trabajaba de noche a día para sacar a su familia adelante y mantenerla.
Su casa era un chalet
solitario. Alrededor no tenía vecinos. Tenía césped con plantas aromáticas,
alguna que otra hierba alta, una piscina grande, ancha, de la que flotaba un
flotador de Martina de cuando tenía 3 años, tenía mucho cloro y el agua siempre
estaba limpia y transparente.
Tenía una cochera
amplia con tres coches uno para Martina cuando sea más mayorcita, uno de su padre
y otro de su madre. Tenía muchas margaritas, claveles, pinos, setos, arboles,
higueras, también habían dos palmeras, había mucho césped.
Su casa por dentro
tenía un salón amplio con una televisión de 40 pulgadas, cuatro sillones, un
ordenador de marca cara de unos 8000 euros, también tenía en las paredes muchos
cuadros con fotos de Martina de bebé y de sus padres con sus abuelos más
jóvenes.
La cocina era también amplia, de 70m cuadrados. Había una nevera
repleta de carne, leche, huevos, pescado, bebidas alcohólicas, agua de una
garrafa de 3L.
Debajo había un
congelador, con helados, pescado, marisco, pizza, hamburguesa, un repollo,
whisky.
El cuarto de Martina
era chica, tenía una cama, un armario, una puerta de madera, en el armario
tenía ropa, y también ropa interior guardada, el armario se cerraba con llave,
esa llave era chica y se guardaba en una caja chica que estaba en la mesita de
noche guardada donde tenía los collares,
las pulseras, los pendientes, etc.
El cuarto de la madre
era grande con cortinas, una televisión, con las paredes pintadas de amarillo,
una cama de matrimonio, un aire acondicionado, un armario amplio con ropa de
mujer, un espejo, chaquetas, faldas, complementos de mujer. La cama de
matrimonio tenía unas sábanas azules y una colcha que pesaba. También tenía una
almohada visco elástica y una mesita de noche donde ella guardaba sus joyas.
Un día ella y su
hija salieron al parque. El parque era
grande, tenía muchos árboles, cacharitos
para jugar los niños, también tenía servicios, fuentes y una parte donde los
adultos hacían ejercicio. También tenía montañas, y un lado con albero donde
iban los perros y gatos a hacer sus necesidades, también tenía fuentes.
Y una parte para
fumadores donde depositaban las colillas en una papelera especial.
Cuando Martina terminó
de jugar con el niño rubio de ojos claros, con chándal negro y unos botines
caros, se fue con su madre a casa.
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