La
balanza está lista, la pluma se encuentra a un lado y en el otro su alma. Al
principio no se mueve. Hay jeroglíficos en las paredes y estatuas de lo que
parece un hombre con cabeza animal. Al fondo se encuentra Osiris, dios que
juzga las almas. Si esta pesa más que una pluma, el propietario sufrirá un
destino peor que la muerte.
Encadenado,
Psycus camina hacia donde le espera Osiris. El que regrese a la vida o no
depende de lo que pese su culpa. Osiris sonríe como si Psycus estuviera a punto
de ser destruido.
- Bienvenido a tu final Psycus, o Jake, o como quiera que te llames en
realidad_decía Osiris_ tu juicio empieza ahora, repasaremos todos tus pecados.
_
Pues tienes para rato, tengo mil ciento cincuenta y dos años_ le dijo Psycus
riéndose.
_ Yo
seré quien ría el último_ dijo mientras miraba las páginas en las que se
resumían las acciones que llevaron a Psycus a esa situación_ empecemos con los
chicos a los que engañaste y convertiste en bestia para tener a tus bestias
arcanas.
Entonces
aparecieron cuatro chicos, cada uno de menor edad que el anterior, uno de ellos
era físicamente exacto a Psycus. La balanza empezó a desestabilizarse.
_
Hace veinte años te introdujiste en la familia de estos chicos, sustituyendo a
uno de ellos y haciendo que otra familia se hiciera cargo de él, entonces,
después de varios sucesos les borraste la memoria y quitaste sus poderes. La
culpa te reconcome ¿verdad?
Sus
miradas confusas atravesaban el corazón de Psycus, aquel sentimiento reprimido
subió a la superficie.
_
Solo quería que fueran humanos de nuevo y que tuvieran una vida normal, han
pasado por demasiado. Sé que es por mi culpa, pero no puedo enmendar errores
que no sabía que estaba cometiendo._ se defendía Psycus.
Osiris
hizo desaparecer a los chicos y en su lugar hizo aparecer a los sobrinos de
Psycus.
_ Tus
sobrinos, a los que conociste siendo pequeños, pero desapareciste y no tuviste
contacto con ninguno. Y el año pasado les pediste ayuda sin saber quiénes eran,
entiendo que tu memoria no estuviera, pero podrías haber ido a cualquier lugar,
¿por qué no hiciste nada para evitar muertes innecesarias, las atrocidades de
tu hermana y tu cuñado contra sus hijos?_ hablaba Osiris.
Klaus
apartaba la mirada, esos recuerdos le atormentaban. Mientras apretaba sus
puños, se preguntaba el por qué no le ayudó.
_ No
tengo respuesta para eso_ decía Psycus mientras la balanza se inclinaba más y
más_ hubiera querido que sus vidas fueran normales, ya era suficiente con una
madre bruja, mi presencia solo les haría sufrir, mi vida no es como la de
ellos, al menos no lo era, pero ya era tarde. Os pido disculpas, solo quería
proteger a las personas que quería más que a mi vida.
La
balanza empezó a inclinarse mientras el alma brillaba más, haciendo que la
pluma fuera lo que pesaba más. Las cadenas se destruyeron y los testigos
corrieron a abrazarle.
_No
puedo reparar mis fallos, pero nuestro futuro es lo que importa, Klaus,
Rebekah, Elijah, Kol, Esther, Finn, Sam, Shei, Nate, Phill, Hayley, Hope y
todos aquellos a los que he conocido son parte de él. Si volví a nacer era para
vivir una vida nueva.
Supongo
que ganas tú, la pureza de tu semilla se ha vuelo más brillante y tu alma,
aunque manchada, ya no es oscura. Cuida a tu manada, esos ojos esmeralda no se
le dan a cualquiera_Concluyó Osiris.
Osiris
desapareció con el lugar, dejando a Psycus y a los otros en un establo. Después
de llegar a Nueva Orleans, Psycus salió al balcón junto a su hermana Esther.
_
Nuestra relación es un poco difícil, aunque te quiera, se que algún día deberé
matarte, justo como hace mil años predijiste. _ dijo Esther mientras le caía
una lágrima.
_ Los
ojos de obsidiana están cerca nuestra madre lo dijo, después no podré hacer nada._ comentaba Psycus_
Aunque Klaus acabará contigo antes, y le dejaré, has cambiado demasiado, como
madre.
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