viernes, 19 de diciembre de 2014

La Presentación, por Luisa Yamuza




La tarde era fría, típicamente invernal, cielos despejados y baja temperatura. Una leve brisa había causado sensación de helada durante todo el día. A esa hora la estancia también estaba fresca a pesar de las dos estufas que la organización había puesto a ambos lados de la misma. Una mesa de despacho con un sillón negro de piel y respaldo alto, un sofá de tres plazas de suave tela gris perla, varias sillas y una mesita auxiliar con botellas de agua, componen la antesala al acto. Música new age suena de fondo y al otro lado de la puerta pequeña  se escuchaba murmurar a los invitados que habían llegado según se iba acercando la hora prevista. Faltan apenas cinco minutos y están solos, por primera vez en el día.

- Dime cómo empieza mi discurso. De repente se me ha olvidado, mira que lo he repasado- pide nervioso Miguel- . Primero saludo a los asistentes y agradezco los esfuerzos de Tomás en la edición de mi obra. Y luego empiezo diciendo ¿qué?. ¡Madre mía!- casi grita- Por favor, recuérdame la primera palabra.

- "Tomé  la decisión de escribir esta novela..." Es muy sencillo- le dice Mercedes dulcemente- No se te va a olvidar. Seguro. Recuerda: principio, tema de la obra, fuentes consultadas, posibles finales.....

- Eso es! me lo apunto en rojo en los papeles. Me sé perfectamente el esquema que hemos planteado, pero las primeras palabras no me venían a la cabeza. ¡Gracias cariño!

- Todo va a salir bien. Ya verás. Ajústate la corbata y colócate bien la chaqueta. Ahí dentro  todas las miradas serán para ti - comenta Mercedes cerca de su oído, sacudiendo con una mano algunas pequeñísimas pelusas del traje. 

Miguel obedece a su mujer y se retoca el flequillo reflejándose en los cristales del gran ventanal tras la mesa. Se abre la puerta.

-¡El salón está repleto Miguel! La megafonía y el proyector están preparados. Los medios están colocados como acordamos. ¿Listo? - anuncia Tomás muy contento cerrando tras de sí sin hacer ruido.
- Si. Vamos- responde Miguel mirando a Mercedes que comienza a caminar delante de él.

Tomás abre de nuevo. La mujer entra, se desplaza hacia la izquierda. Después, Miguel atraviesa la puerta con decisión, la cabeza en alto y a grandes zancadas alcanza el atril. Un haz de luz lo enfoca. Casi no ve, se ha hecho un silencio repentino, el ambiente es más cálido que en la otra habitación. La gente sonríe y aplaude. Al disminuir los aplausos, Miguel se dirige a ellos con su voz de locutor de radio.

- Buenas tardes a todas y todos. Gracias por acompañarme en este momento tan importante de mi vida........

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