El invierno de 1994
daba sus últimos coletazos; pensativo y reclinado sobre el sillón Pedro,
observaba como el coñac empañaba la copa cuando lo agitaba para percibir sus
aromas o tras cada pequeño sorbo para disfrute del paladar. Sin embargo
repasaba una y otra vez lo acontecido estas últimas semanas, desde la llamada
temprana, que casi le saca de la cama, del viejo profesor Fulgencio Sánchez. Le
interesaba por los restos aparecidos en las obras de un parking subterráneo en
Sevilla, al parecer relacionados con los hallados anteriormente en las obras de
remodelación del antiguo Cuartel de Intendencia, hoy sede de la Diputación
Provincial de Sevilla.
Efectivamente, los
restos aparecidos en aquellas obras estaban relacionados entre sí, y no había
la menor duda, se trataba de un cementerio o necrópolis hebrea, los enterramientos
estaban alineados, con estructuras simples abovedados con ladrillos, en ataúd
sobre tierra con el difunto en decúbito supino, sin ajuar y con la cara mirando
al Este, es decir hacia Jerusalén. Aunque sí solían acompañar el enterramiento
con los libros del difunto, y entre ellos en una de las tumbas se encontró una
especie de diario asombrosamente conservado, su lectura estaba llena de belleza
pero también de dolor e incomprensión.
El autor del diario
parecía ser o llamarse Yosef, al menos así se desprende del manuscrito:
…”Desde
que cumplí los 17 años, asisto cada mañana a la Yeshivá (Centro de Estudios del
Torá y Talmud), no es que sea profundamente religioso pero lo hago con ilusión,
pienso que es conocimiento y preparación para una vida que has de vivir y
compartir con los demás, al tiempo que colaboro en el negocio familiar.”
…”Cada
día, camino de la escuela me detengo ante ese patio, simplemente su
contemplación es un espectáculo. El zaguán es amplio enlozado en mármol, su
interior está lleno de luz. En el patio y bajo el pórtico o zona arcada las
paredes exhibían un zócalo alicatado; de frente, al fondo igualmente alicatado,
una fuente vierte agua sobre un pequeño pilón. En el centro del patio una
pequeña palmera, alrededor y repartidas por todo el patio un centenar de
macetas, aspidistras, helechos, nardos, geranios y junto a cada columna una
planta enredadera, entre ellas un jazmín, que suben por las mismas hasta
alcanzar las rejas de balcones y ventanas para desde ahí volver a colgar hacia
el patio con sus pequeñas florecillas blancas, rojas o azules.”
…”Observo
el ceremonial diario de la persona que cuida ese patio, lo hace con mimo y
delicadeza pero al mismo tiempo con la energía necesaria para su poda. Le
conozco de entrar en el comercio de mi padre, y como si estuviera entre las
plantas, sus movimientos son siempre acompasados, serenos, parece una persona seria
y callada.”
…”Hoy
el cielo está limpio, su azul es intenso, el sol amanece con fuerza por lo que
será un día especialmente caluroso. Llevo años contemplando este patio y a la
persona que lo cuida, con la que a pesar de ser joven como yo, no había cruzado
conversación alguna más allá de un saludo o comentario sobre las plantas o en
el comercio para atenderle, jamás le había mirado de manera que no lo hubiera
hecho con otras personas, pero ayer cuando me detuve frente al patio, le vi
junto a la fuente se echaba agua, tenía el torso desnudo y mojado las gotas de
agua le resbalaban brillando sobre su piel morena al reflejo del sol, algo
cambio en mi cuerpo pues por primera vez le estaba mirando distinto, cuando se
percató de mi presencia se oculto, yo retrocedí, salí a la calle, estaba un
tanto azorado no comprendía que me había pasado ni mi reacción.”
…”Desde
ese día nada es igual, mis ojos ven distinto, mis pensamientos no son míos, me
siento realmente confuso.”
…”Mi
padre esta achacoso no se encuentra bien de salud por lo que paso la mayor
parte del tiempo en el comercio, hace unos días, a punto de cerrar y mientras
revisaba unas mercancías le vi entrar, mientras miraba el género le miraba como
nunca lo había hecho, me acerqué y sin
pensarlo le besé. Moshé, que así se llama, mostró sorpresa pero no rechazo,
levantó la mirada y poniendo una mano sobre mi hombro, dijo tranquilo “no te
preocupes” y marchó en ese momento.”
…”Viví
días de zozobra temiendo su reacción, pero todos mis miedos se disiparon, el
siguiente encuentro fue afable por su parte y compartimos más de lo habitual, lo
cual me confortó gratamente.”
…”Nuestra
relación se hace cada día más cercana, compartimos cada vez más nuestras
preocupaciones y alegrías, lo cual nos hace disfrutar de momentos de felicidad.”
…”Felicidad
que no puede ser completa pues nuestra más intima relación hemos de mantenerla
oculta a los ojos de los demás, es una relación prohibida. Aunque nos une un
sentimiento limpio y bello, como es el amor.”
…”La
situación general, es decir las relaciones interconfesionales, se han ido
agravando de forma alarmante, el deterioro de la convivencia se hace manifiesto
por momentos, temíamos lo peor a primeros de año hubo un conato de asalto a la
judería, pero en junio los peores augurios se dieron. Moshé y yo nos encontrábamos
en el interior del comercio, todo nos cogió por sorpresa, escuchamos el tumulto
y nos apresuramos a cerrar, pero fue tarde, entraron enloquecidos lo
destrozaban todo, Moshé trato de impedirlo y cayó herido sangraba profusamente,
traté de socorrerle y fui igualmente herido, perdiendo el conocimiento,
posiblemente me dieron por muerto. Cuando desperté estaba en un lugar improvisado
para atender a cuantos habían corrido la misma suerte, a Moshé no volví a verle
jamás. A pasado el tiempo y las secuelas de aquello me hacen padecer cada día
más, no sé si tendré la oportunidad de volver a escribir pues siento que las
fuerzas abandonan a este agotado cuerpo.”
Pedro agotaba los
últimos sorbos de coñac y reflexionaba observando el fondo de la copa. No
entendiendo la cerrazón, cuando lo que se enfrenta son concepciones de un mismo
dios. Y que la verdadera libertad está en reconocer la grandeza del ser humano,
su diversidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario