“Gustar,” gustar es aquello que “produce satisfacción, placer
o una sensación agradable,” por lo que nos sumerge en el fascinante mundo de
los sentidos, donde se nos desvelan emociones y sentimientos nobles que se entremezclan
con el mágico y alucinante mundo de lo onírico.
Estas sensaciones son relativas en lo temporal, pues son
cambiantes en el tiempo; es decir, no nos gusta o deja de gustar lo mismo en
las distintas etapas de nuestra vida, o simplemente las vivamos con distinta
intensidad y en sus distintas expresiones; como puede suceder con el amor.
Me gusta amar y ser amado, me gusta el calor del hogar y el
aroma del café recién hecho, me gusta el olor a tierra mojada, observar cómo se
depositan o deslizan las gotas de lluvia en las hojas de las plantas o ramas de
los arboles, me gustan las mañanas de otoño o el policromado que exhiben los
campos en esta época del año, me gusta pasear por la montaña acompasado por los
sonidos de la naturaleza, el arrullo del agua o el silbido que produce el
viento al fluir entre las ramas de los arboles, sentirme pequeño en medio de su
inmensidad, me gusta el sorbo de agua que recompensa el esfuerzo, contemplar
las estrellas en una noche de verano, robar un beso bajo la influencia de su
embrujo.
Me gusta creer en las gentes como elemento tangible, me gusta
la sinceridad, el trabajo, el compromiso, la solidaridad; como valores que conciben
a las personas individual y colectivamente, dignas y libres.
Por eso, no me gusta la manipulación mediática, ni las medias
verdades que inducen al engaño; mientras, privatizan el Estado y privan de los
servicios básicos a sus ciudadanos, no me gusta que la especulación juegue con
el bienestar de todo un país mientras generaciones enteras de jóvenes quedan
excluidos y marginados, no me gusta que se especule con el sistema público de
pensiones, ni con la educación y sanidad pública, y mientras tanto aumenta el
paro y reducen salarios, prestaciones y subsidios, no me gusta que casi una
cuarta parte de la población se encuentre en el umbral de la pobreza.
No me gusta que el 1% de la población mundial posea el 43% de
las riquezas, no me gusta que se juegue con el hambre del tercer mundo
especulando con el precio de las materias primas (como el trigo, maíz, arroz,
soja, etc.), mientras 19.000 niños mueren al día en el mundo por causas
evitables, no me gusta que me engañen con armas de destrucción masiva o acabar
con dictadores, cuando lo que persiguen es esquilmar las materias primas de
esos pueblos, no me gustan las verdades absolutas, porque el mundo es diverso
en su inteligencia, credo, filosofía, cultura etc., no me gusta el cinismo y la
hipocresía que juega con la vida, el futuro y el sueño de pueblos enteros.
Para terminar, me gusta y siento fascinación por la vida cotidiana y por las gentes que, en su día a día, encuentran una expresión, con la que ponen de relieve sus peculiaridades y características que los diversifican social y culturalmente. Y aunque estamos en un mundo cada vez más globalizado; me gustaría pensar que mejor mágicamente unidos; no dejemos de soñar, pues nada es más libre que la imaginación. ¿Gustan?
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