martes, 12 de noviembre de 2013

Falsa identidad, por María del Mar Quesada


Yo creí que había sido más afortunado que mis hermanos.

Éramos una gran familia, pero alguien decidió segregarnos por colores.  Un fatídico día nos vendieron en lotes de cuatro. En el viaje en aquel vagón de plástico, murió ROJO asfixiado, y AZUL cayó enfermo. Decidieron que necesitaba entrar en calor para sobrevivir, y trataban de salvarlo con el tufo de una mesa camilla. Ese mismo día, viví mi primera experiencia terrorífica. Tuve que ver como AMARILLO moría atravesado por un cuchillo dentro de una caja de zapatos, mientras se abría camino la luz y el aire en la tapa. Cuando abrieron la tapa, puede comprobar cómo un mini-ser de aquellos, liberaba las emociones y la tristeza a través de lágrimas. AZUL había caído también tras ingerir una bola negra de calor picante. Yo, VERDE aún seguía vivo.

Mi nuevo hogar fue esta jaula. Era espaciosa. Sentí que nada malo podía pasar. De vez en cuando me dejaban libre por un suelo resbaladizo. Era feliz, pero comencé a crecer y crecer, perdí parte de mi esencia fingida: el color verde. La mayor parte del tiempo estaba en mi jaula, que cada vez se me hacía más y más pequeña. Hasta que llegó el día que mis movimientos se limitaron a asegurarme la comida.
Estoy esperando a que se den cuenta, no puedo moverme. Hace tiempo que no me sacan fuera, sencillamente porque no quepo por la puerta. Aun así, me mantienen aquí encerrado. Ni siquiera puedo estirarme, ni cambiar mi posición, siempre mirando hacia el mismo lado, siempre la misma vista. ¡Quiero salir! ¡Necesito mover mi cuerpo! ¡Necesito comer!

¡Malditos humanos!  ¡Cuando se darán cuenta de que no soy un canario, que mi color natural es el amarillo, no el verde! ¡Cuando se darán cuenta de que soy un pollo! …

¿Por qué llora el mini-ser? ¿Qué va hacer su madre con ese cuchillo?


¡Arroz con pollo!


No hay comentarios:

Publicar un comentario