¿Qué sabe el pez en el agua donde nada toda su vida? por Alfonso González Ibáñez.

Las explicaciones técnicas y las responsabilidades consiguientes derivadas del abordaje, a pocas millas de la entrada del puerto de Ceuta,  entre el carguero maltés, “New Glory” y el ferry español, “Millenium II”,  se dilataran en años.

   Nunca se sabrá como interpretaron algunas redacciones el primer aviso del accidente, que dio una agencia de noticias local,  pues el chasco de los periodistas, gacetilleros y fauna variada de la fácil primicia,  desplazados a Ceuta para “cubrir” el suceso,  fue de campeonato al comprobar  que: “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, Miss Lisbeth Salander no iba a bordo del “Millenium II”, y de incógnito,  en su particular ”honeymoon” con el colega Mikael Blomkvist.

  Tampoco,  el capitán del “Millenium II”, Don Felipe Maqueda,  pudo celebrar su fiesta particular en Ceuta.

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   Eran las 19.35 horas del 13 de enero de 2012.  Don Felipe Maqueda, capitán del ferry rápido “Millenium II” de la Compañía Acciona, que cubre la travesía Algeciras-Ceuta y regreso; irrumpió en la derrota, y de allí pasó al puente, sin saludar, como era su costumbre. Echó un vistazo superficial a los instrumentos electrónicos, que detestaba, y rápidamente se hizo cargo de la situación sin molestarse en preguntar al oficial de guardia por las últimas incidencias.

   Entonces fue cuando vio como un mercante herrumbroso venía directo hacia su barco.

   -Bit...,bit...,bit..., los pitidos acompasados del A.I.S. estaban avisando, insistentes, de la posibilidad de un abordaje.

   “Segundo. Estamos a diez millas de la bocana del puerto de Ceuta, así que mantenga el rumbo 135. ¡Ya se apartará esa cochambre de carguero!”, ordenó tajantemente al oficial de guardia.

    Las sombras del atardecer avanzaban implacables haciendo disminuir la visibilidad en el Estrecho.

    La velocidad del “rápido” era, en ese momento, de 25 nudos; Don Felipe pensaba que en cuestión de minutos estarían amarrados en su habitual atraque ceutí, y las tres horas que mediaban hasta el regreso a Algeciras le serian suficientes para conocer más íntimamente a aquella mujer que lo esperaba en el Parador.

   -Bit.,bit.,bit.; la alarma sonora insistía mecánicamente en llamar la atención, “jodido cacharro”, soltó por lo bajini… 

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    A las 19.45 la enorme proa del bulk-carrier de bandera maltesa “New Glory”, atiborrado de grano argentino con destino al puerto argelino de Ghazaouet, a simple vista cortaba la derrota del transbordador; pero él seguía en sus trece.

    El capitán Maqueda permanecía impasible, majestuoso, pensaba: “Yo puedo interpretar el Reglamento mejor que esos tecnócratas. Sabía que el carguero se asustaría: “¡Esos incompetentes extranjeros. Seguro que es un sudaca..!”, y que en el último momento metería caña a babor, o aun mejor y mas divertido: “Pasará lamiéndome el culo, pero claro…”

     Pero incomprensiblemente el maltés comenzó a caer a estribor buscando el resguardo de la costa africana:

    -Bit, bit, bit…

    El estruendo del abordaje pudo oírse en diez millas a la redonda. En ese instante eran las 19.48; noche cerrada. La roda del “New Glory” había pasado a formar parte de la obra viva del ferry, ocasionándole una abertura de más de veinte metros de diámetro.

    La colisión solo produjo varias crisis de ansiedad y algún ataque de nervios entre los pasajeros, algunos de ellos visiblemente afectados al pisar tierra ceutí pasada la medianoche.

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    Los barcos no naufragaron y quedaron a flote. Curiosamente la barriga del español perforada por la proa del mercante maltés, matriculado en La Valletta.