¿Como se lo ha tomado ella?
Pues no lo se porque no la veo – Así, con
mucha naturalidad y mas gracia, contestaba Paco, el frutero, a muchos de sus
clientes sorprendidos por lo que acababan de leer en el toldo de entrada del
negocio en el barrio de La
Laguna gaditano.
“Frutería
mi exmujer y yo”. Escrito con mayúsculas bien grandes en blanco sobre azul.
Eso que solo puede pasar en Cádiz; en ese Cádiz antiguo y ancestral donde sus
gentes saben reírse de si mismos. Allí y en ese barrio popular y de apretado callejero,
un hombre de la tierra pregona su divorcio de esa manera: - ¡Para que no haya
duda!
***
Hacía catorce años que el nuevo negocio
de una pareja feliz, Paco y Ana, con un futuro esperanzador, fue bautizado al
unísono como “Frutería mi mujer y yo”. Después,
como resulta que esta perra vida tuerce las intenciones eternas, y parece ser que aquello, el matrimonio, no funcionaba, pues se divorciaron.
-Mire usted, mucha gente que venía a la
frutería me preguntaba con alguna guasa por mi mujer: Oye, que no veo a tu
mujer! ¿Está hoy malita..?
Mi cabreo iba en aumento cuando me
decían: -Oye, que me he enterado que… Y
así una y otra vez. -¿Que me he enterao..?
¡So sieso! Hasta
que lo decidí a bote pronto. – ¡Ahora si que os vais a enterar de una puñetera
vez!
“Cogí la escalera y en la ferretería de
enfrente compre un pincel y un bote pequeño de pintura blanca, y de esa manera
eché pa fuera mi gran verdad. Pinté un ex
delante de mujer, y sin más jaleo
conté a tos que me había separao. ¡No veas lo ancho que me quedé..!
¡Oye, que no es guasa!
Muy buena la inspiración, amigo Alfonso... por cierto, era una carnicería, no una frutería ;-)
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