Quizas
el azar hubiese queriso que viviese
en otra epoca... Quizas hubiese sido
un hoplita griego....Un arquero persa...
Un
soldado renacentista...un nomada de las estepas... un gaucho fierro....Tal vez un ronin samurai...
De hecho a veces pienso que
hay atomos en mis ser
que ya vivieron alli...
Otros
tal vez vinieron de las estrellas... y algunos habitaron la madre tierra en
insondable forma...
Todos ellos te observan hoy como
legion cerrada...
En busca de sensaciones aun no
vividas........
Un resplandor metalico brillo por toda la linea cuando
los hoplitas bajaron
sus yelmos, levantaron
sus escudos y se pusieron al hombro sus lanzas. Cada miembro de la falange se encontraba embriagado y aterradoramente aislado visual y sonoramente, sus sentidos estaban tan mermados que apenas podia ver al compañero,
o al enemigo, u oir las trompetas que llamaban al avance
de lucha.
Debia de prevalecer el orgullo de un solo y poderoso cuerpo de hombres armados y
nacidos libres. Esa era la conciencia de la Falange, la esencia de la fuerza de lucha de aquellos hombres, los ciudadanos soldados.
¿ Como si no, se habria atrevido un ateniense a hacer lo que todos hicieron
ese amanecer de agosto: avanzar contra un enemigo que se suponia invencible, a traves de la llanura
que , muchos temian, les traeria la muerte?
Fueron
10 eternos dias esperando aquel momento,
viendo los movimientos de tropas del inmeso ejercito persa, temblando ante el pavoneo de su caballeria alla distante en la llanura
junto al mar. de su interminable
flota. Aquel espectaculo sin duda, era para helar la sangre del hombre mas templado. Pero No habia lugar para pensar en la derrota, porque ella solo traeria
la muerte, y tras la muerte, nada.
Quizas mas tarde, se contarian
historias extraordinarias, como que aquella hermosa
mañana de primavera, diez mil soldados en formacion
habian atravesado corriendo la distancia completa hasta el choque
con el enemigo, unos 2 km, y tener despues
la energia de luchar
cuerpo a cuerpo,
con eficacia. Despliegue atletico sobrehumano a ojos
de cualquiera, teniendo
en cuenta que la panoplia, la armadura completa de un hoplita, eran 25 kg. de cuero, madera y
bronce.
Aceleraron el paso, diez mil pares de pies levantando
una inmensa polvareda
que se mezclaba con el sudor, el olor de dias sin higiene, de esfinteres incontrolables por el
miedo, solo hacia arder sus gargantas y sus ojos. Solo aquel pensamiento de ser uno,
con
el compañero, el vecino, el familiar, les hacia fuertes, invencibles en su mas
profundo sentir.
En ese primitivo instante, no luchaban ya por un trozo de tierra,
luchaban por algo tan primario como seguir viviendo.
Comenzaron a llover flechas y piedras, elevaron sus pesados escudos y solo entonces comenzaron a correr, en direccion a la certera muerte. La falange en perfecta formacion era una maquina de querra imponente, que los atenienses habian perfeccionado, capaz de arrasar a un enemigo que les triplicaba. Era el autentico carro de combate griego, cuyo prefeccionamiento daria despues un enorme imperio a Alejandro Magno, y siglos de supremacia militar sobre el mundo conocido, al Imperio romano. Ironia de la historia, cuando su origen estuvo en una formacion de lucha creada por ciudadanos y campesiona de las polis para defender su ciudad y su estatus social, del enemigo.
El enemigo, ante el inminente choque solo podia observar como aquella lluvia de
flechas y piedras no dañaba ni mermaba lo mas minimo la formacion ateniense. Por
primera vez, el panico
comenzo a apoderarse de la infanteria del mayor ejercito de la
antiguedad. El avance de la marea ateniense, sus escudos sus lanzas, clavandose en la carne,
machacando huesos, aplastando cuerpos.
El impacto fue brutal, devastador... Cuero , metal, y el grito de guerra de quienes se sentian seguros
en su formacion de lucha, arrollo
al enemigo, destripando cualquier defensa posible y sembrando de
miedo, de panico, de muerte, el
campo de batalla.
Aquel dia, los persas obtuvieron una de las mas humillantes derrotas de su historia.
Sus huestes huyeron
despavoridas en estampida, hasta tal punto,
que la marisma que
les
cerraba por detras se cobro mas vicitimas que el propio choque
de la batalla. Los
atenienese les fustigaron hasta la misma linea de playa, donde fueron
contenidos a duras penas,
mientas el enemigo persa se embarcaba para completar su huida.
Aquello fue sin duda uno de los momentos mas epicos de la grecia antigua,
un momento que la historia paso de puntillas, como una simple escaramuza fronteriza
entre el imperio
Persa y las polis griegas,
pero sin duda fue algo mucho mas decisivo para la historia.
Quizas sin saberlo,
Atenas freno en aquella llanura perdida, el avance imparable
de Dario el Grande hacia
Europa y con ello impuso
su manera de ver el mundo, semilla
del que hoy conocemos, de hombres libres
que deseaban gobernarse no mas alla de donde alcanzaban sus ojos, el limite de sus polis, frente a otra sencillamente diferente, el Imperio, alla donde alcanzaban sus huestes en un afan conquistador sin limites, el que
hoy padecemos.
Aquello fue mas grande que Salamina o Khadesh,
mas heroico que las Termopilas
o Zama. Y quizas, si alguien quiere achacar fallos a la historia
que hemos vivido en
Europa, de esencia
grecorromana, deberia de mirar aquel dia, en aquella llanura, ante
aquellos hombres......Milciades el joven, Temistocles,el
heroe de Salamina, Filipides el
atleta, Calimaco;
Esquilo el
dramaturgo,..los heroes atenienses, los maratonomacos...
Hoy, aquel lugar, en honor de aquel dia, habita en el Olimpo, para placer de los
Dioses, cuando
quieren ver correr a los humanos, distancias que les lleven hasta la extenuacion.
Hoy, el sol aun
brilla radiante, en la llanura de Marathon.
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